Estos días meditabundos en los que el calor penetrante volvió mas desesperante al mundo. Un mundo que te entra por los poros y se queda ahí dando vueltas por laringes, muslos e hígado. De repente me vi ahogada entre Carlos Gardel y Pueyrredón y necesité bajarme, caminar, tomar aire, ir despacio. Pero no me animé.. (y no es que le tenga miedo a Once, bah, sí que le tengo, pero no viene al caso). La temperatura sube y extraño el frío y la simpleza que él implica.
(Y el título no es más que una canción de la niñez? Michi sabrá de esto? cantemos todos juntos)
(Y el título no es más que una canción de la niñez? Michi sabrá de esto? cantemos todos juntos)
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