Y se acerca el final, pero se siente tan raro.... En tiempo vida - muerte fue poco, pero en tiempo vida - cabeza fue eterno, avasallante, arrollador, terminal. Aprendí a ver desde lejos, retrospectivas de 25 años en 4 meses, y también de más allá, de cuando los Khayattes, Dedeianes, Ingénitos y Gámbaras eran de acá, mi pasado. Familias impensadas e increíbles, amigos que traía y otros que me llevo, otros que me abrieron las puertas de su casa sin preguntar, sin cuestionar. Hermosos. Termina, pero en un hasta luego -en un hasta muy luego-. Toda la aventura en avión, micro, tren, bondi, auto, teleférico, funicular, aerosilla, barco... pero sobretodo, a pata. Pasos que disfruté incluso en climas muy hostiles e incluso mientras estaba perdida en lugares inentendibles, sin saber ni de dónde venía. Pasos que me alcanzaron a lugares que solo había visto en libros, en fotos ajenas, en películas, en clases de geografía del secundario, cuando nos enseñaron por ejemplo, que la capital de Hungría