Y se acerca el final, pero se siente tan raro.... En tiempo vida - muerte fue poco, pero en tiempo vida - cabeza fue eterno, avasallante, arrollador, terminal. Aprendí a ver desde lejos, retrospectivas de 25 años en 4 meses, y también de más allá, de cuando los Khayattes, Dedeianes, Ingénitos y Gámbaras eran de acá, mi pasado.
Familias impensadas e increíbles, amigos que traía y otros que me llevo, otros que me abrieron las puertas de su casa sin preguntar, sin cuestionar. Hermosos.
Termina, pero en un hasta luego -en un hasta muy luego-. Toda la aventura en avión, micro, tren, bondi, auto, teleférico, funicular, aerosilla, barco... pero sobretodo, a pata. Pasos que disfruté incluso en climas muy hostiles e incluso mientras estaba perdida en lugares inentendibles, sin saber ni de dónde venía. Pasos que me alcanzaron a lugares que solo había visto en libros, en fotos ajenas, en películas, en clases de geografía del secundario, cuando nos enseñaron por ejemplo, que la capital de Hungría es Budapest y que la de la entonces Checoslovaquia, era Praga.
Toda la travesía conté con el factor suerte a mi favor. Convencida de que si había un 50 y 50, seguro me salía bien. Así fue. Aunque muchas veces estuve al límite de perder aviones, trenes o micros, zafé. Ya desde aquel lejano 11 de octubre, con el vuelo que salía 12 hs antes de lo previsto, todo anduvo a favor de la de rulos.
Pero además de fortuna, apelé mucho a mi sentido común.. "esa debería ser la parada", "si vine desde allá, se supone que estoy acá", "esto debe ser queso.. ¿será de vaca?", " por las dudas, sólo compro cereal... que lo entiendo bien", etc. Gracias a JC por él.
Tuve suerte, tengo suerte. Esta experiencia es única, y en mi caso, trascendental. Acá entendí la persona que quiero ser y cómo quiero ser. Entendí que "Dios atiende de este lado del Ecuador" y que sin mucho esfuerzo, el pasaporte bordeaux te abre las puertas del mundo (del que a mí me interesa, por lo menos). Descubrí que existe otra realidad, en la que hay estabilidad, posibilidades, seguridad y confianza, en la que también hay mucha soledad, locura (de la simpática y de la otra) y poco compañerismo, poca amistad de la que nosotros conocemos. Hoy elijo estar en casa, con los míos, en lo mío.. pero pensando en perspectiva, dudo.
Me voy de Europa con una sonrisa de oreja a oreja, orgullosa, agradecida, más que satisfecha, enamorada y con un hasta pronto. No sé cuándo será la próxima ni si será con mochila Wal-mart,valijas o contenedor.. pero va a haber.
Me voy fascinada, con ganas de pasar horas y horas viendo fotos y videos para recordar lo lindo que fueron días como hoy, que me encuentra sentada almorzando / escribiendo en el medio de un cerro, en un invierno con 20ºC y una paz que me llena el cuerpo.
Familias impensadas e increíbles, amigos que traía y otros que me llevo, otros que me abrieron las puertas de su casa sin preguntar, sin cuestionar. Hermosos.
Termina, pero en un hasta luego -en un hasta muy luego-. Toda la aventura en avión, micro, tren, bondi, auto, teleférico, funicular, aerosilla, barco... pero sobretodo, a pata. Pasos que disfruté incluso en climas muy hostiles e incluso mientras estaba perdida en lugares inentendibles, sin saber ni de dónde venía. Pasos que me alcanzaron a lugares que solo había visto en libros, en fotos ajenas, en películas, en clases de geografía del secundario, cuando nos enseñaron por ejemplo, que la capital de Hungría es Budapest y que la de la entonces Checoslovaquia, era Praga.
Toda la travesía conté con el factor suerte a mi favor. Convencida de que si había un 50 y 50, seguro me salía bien. Así fue. Aunque muchas veces estuve al límite de perder aviones, trenes o micros, zafé. Ya desde aquel lejano 11 de octubre, con el vuelo que salía 12 hs antes de lo previsto, todo anduvo a favor de la de rulos.
Pero además de fortuna, apelé mucho a mi sentido común.. "esa debería ser la parada", "si vine desde allá, se supone que estoy acá", "esto debe ser queso.. ¿será de vaca?", " por las dudas, sólo compro cereal... que lo entiendo bien", etc. Gracias a JC por él.
Tuve suerte, tengo suerte. Esta experiencia es única, y en mi caso, trascendental. Acá entendí la persona que quiero ser y cómo quiero ser. Entendí que "Dios atiende de este lado del Ecuador" y que sin mucho esfuerzo, el pasaporte bordeaux te abre las puertas del mundo (del que a mí me interesa, por lo menos). Descubrí que existe otra realidad, en la que hay estabilidad, posibilidades, seguridad y confianza, en la que también hay mucha soledad, locura (de la simpática y de la otra) y poco compañerismo, poca amistad de la que nosotros conocemos. Hoy elijo estar en casa, con los míos, en lo mío.. pero pensando en perspectiva, dudo.
Me voy de Europa con una sonrisa de oreja a oreja, orgullosa, agradecida, más que satisfecha, enamorada y con un hasta pronto. No sé cuándo será la próxima ni si será con mochila Wal-mart,valijas o contenedor.. pero va a haber.
Me voy fascinada, con ganas de pasar horas y horas viendo fotos y videos para recordar lo lindo que fueron días como hoy, que me encuentra sentada almorzando / escribiendo en el medio de un cerro, en un invierno con 20ºC y una paz que me llena el cuerpo.
Comentarios
t amo amiga!!! y nuevamente felicitaciones por la travesia, por crecer, por estos 25 que empezaron con todo! o nooooo???
jaja
beshooote
.RoMi.