Pocas palabras me gustan más que el quizás para empezar oraciones. Relativizan todo lo que viene.. lo vuelven al mismo tiempo probable e improbable.
Quizás encontré una parte mía acá, lejos, que no sabía que tenía ni estaba acostumbrada a usar. Quizás me asuste un poco estar tan a gusto con ella, conmigo, así como estoy. Quizás sea por optimista, pero veo todo mágico. Veo y siento.
Ahora vuelvo con la magia.. pero me interesa el hincapié en sentir. Cuando lejos, uno siente diferente.. profundo. Eso me pasa, emociones hondas, sonrisas inherentes que hay que disimular para que el frio no me escarche los dientes y para que la gente no me mire con cara de.. (esa, con la que a veces nosotros también miramos a los que ríen)
Magia hasta en las más pequeñas cosas, en la nieve, en poder perderme –siempre- y disfrutarlo, en conocer, en ver, en mirar, en tocar, en estar en silencio, en asombrarme.
El silencio –obligado, pero silencio al fin- es otra de las tantas nuevas experiencias; y es a la que más me cuesta adaptarme. Pero cada vez me gusta más, cada vez me gusta menos llenar de palabras situaciones que no lo ameritan, porque no se pueden explicar o porque no me importa explicarlo.
No voy a negar que me gustaría que estuvieran Uds acá conmigo, pero me asusta un poco estar disfrutando así, con compañías circunstanciales de las que me puedo abrazar o desentender de acuerdo a mi voluntad. Sin compromisos, sin promesas a incumplir.
Antes me daba miedo la soledad, ahora, volver a vivir en sociedad, con negociaciones, con compromisos.
Quizás haya intentado escribir esto una y mil veces, pero la falta de comunicación tiene sus consecuencias malas también y no sabía cómo.
Ahora, a un mes de haberme ido de casa, siento esto, siento así. Siento mucho. No sé más.
Quizás encontré una parte mía acá, lejos, que no sabía que tenía ni estaba acostumbrada a usar. Quizás me asuste un poco estar tan a gusto con ella, conmigo, así como estoy. Quizás sea por optimista, pero veo todo mágico. Veo y siento.
Ahora vuelvo con la magia.. pero me interesa el hincapié en sentir. Cuando lejos, uno siente diferente.. profundo. Eso me pasa, emociones hondas, sonrisas inherentes que hay que disimular para que el frio no me escarche los dientes y para que la gente no me mire con cara de.. (esa, con la que a veces nosotros también miramos a los que ríen)
Magia hasta en las más pequeñas cosas, en la nieve, en poder perderme –siempre- y disfrutarlo, en conocer, en ver, en mirar, en tocar, en estar en silencio, en asombrarme.
El silencio –obligado, pero silencio al fin- es otra de las tantas nuevas experiencias; y es a la que más me cuesta adaptarme. Pero cada vez me gusta más, cada vez me gusta menos llenar de palabras situaciones que no lo ameritan, porque no se pueden explicar o porque no me importa explicarlo.
No voy a negar que me gustaría que estuvieran Uds acá conmigo, pero me asusta un poco estar disfrutando así, con compañías circunstanciales de las que me puedo abrazar o desentender de acuerdo a mi voluntad. Sin compromisos, sin promesas a incumplir.
Antes me daba miedo la soledad, ahora, volver a vivir en sociedad, con negociaciones, con compromisos.
Quizás haya intentado escribir esto una y mil veces, pero la falta de comunicación tiene sus consecuencias malas también y no sabía cómo.
Ahora, a un mes de haberme ido de casa, siento esto, siento así. Siento mucho. No sé más.
Comentarios
ah, ke no te importe ke te miren con cara rara... ke se te congelen los dientes si es necesario.
te kiero infinidades miles... y la distancia lo recuerda mucho mas.
te kierooo!
basta de publicar mis sentimentalismos! jaja
beshooos
Ro
pd: como q no probaste "pedirnadaprestado" en laffayete (se escribe asi2?)!!! jajaja