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Mostrando las entradas de septiembre, 2008

Vilcómen

Hoy me desperté y supe que no sabía alemán, ni una poca, pero seguí caminando un pasito más y me lavé los dientes. Me lavé los dientes con esa pasta que está ahí desdenomeacuerdocuándo pero sigue ahí, limpia, refrescante, sensitiva, sensible, blanqueadora, la mejor. Ella sabe que es la mejor, ella y yo lo sabemos, mis dientes y ella, mis dientes y yo, todos los involucrados en el teme. Y qué se yo, quiero salir a la calle y esperar ese colectivo, ese que venga notanvacío como para que me de miedo subir, notanlleno como para que me cueste respirar. Y cuando llegue, que me suba y decirle al señor conductor. Al que me va a mirar con cara de "tengo cosas más importantes que hacer que andar acarreándote a vos con estos subhumanos con olor deeseolorrancioquetepenetraenlosporos en mi máquina de cuatro / ocho ruedas". Él tuvo también una mañana en donde se dio cuenta que no sabía alemán. No sabía alemán y manejaba colectivos, ¿cómo no lo había notado antes?, ¿acaso los dados de plush