Samborita Khayatte

Hay veces que siento que estoy viviendo anacrónica.. que no pertenezco a este espacio físico-temporal; hoy (lo que nos imponen como hoy), es uno de esos días. Me hubiera encantado vivir la inocencia y la esperanza de los 80, pero me tocó otra época. Un momento donde todo es tan vano y superficial, tan sinsentido y mediocre, tan mercantil y material.. que no dan ganas de salir a enfrentarlo, ni siquiera de transitarlo, más fácil acoplarse o quedarse a un costado y ver qué órdenes recibimos, quién es más lindo, quién me cae más simpático… ay! ese tiene ojos claros.. entonces lo voto. Es mentira que cada uno tiene lo que se merece, cada uno tiene lo que le dan, y el reparto va siempre una cuadra más allá.

Y de repente, todo hueco. El eco repite ese nombre que prometiste no volver a decir, pero que retumba ahí adentro. Te asomás, pispeás y es todo tan oscuro adentro como afuera. No sabés que hacer, ¿querés?, ¿de verdad querés?, ¿te animás? Sonreís cuando pensás en cuántas veces te imaginaste esta misma situación, vos ahí, inmóvil. "No puede ser tan difícil, seguro que estoy exagerando", te decís y temblás. Retrocedés, te alejás. Ves todo de lejos, y te convencés . Es hora de cambiar de suelo, cambiar de cielo.